Sigmund Freud

Motivación para el aprendizaje y la enseñanza

Motivación para el aprendizaje y la enseñanza

La motivación generalmente se define como un estado interno que activa, dirige y mantiene el comportamiento. Los psicólogos que estudian la motivación están interesados en cinco preguntas básicas: 1. ¿Qué decisiones toma la gente en relación con su comportamiento? ¿Por qué algunos estudiantes, por ejemplo, se concentran en su tarea para la casa mientras otros ven televisión? 2. ¿Cuánto tiempo se necesita para empezar? ¿Por qué algunos alumnos inician su tarea de inmediato, mientras que otros la posponen? 3. ¿Cuál es la intensidad o el nivel de participación en la actividad elegida? Una vez que se abre la mochila, ¿el estudiante se concentra y se enfoca, o deja que pase el tiempo? 4. ¿Cuál es la causa de que un individuo persista o se rinda? ¿Un estudiante leerá la tarea completa sobre Shakespeare, o sólo unas cuantas páginas? 5. ¿Cuáles son los pensamientos y sentimientos de un individuo mientras participa en la actividad? ¿El alumno está disfrutando a Shakespeare, se siente competente o está preocupado por un examen próximo? (Graham y Weiner, 1996; Pintrich, Marx y Boyle, 1993).


Como podrá ver, algunas explicaciones de la motivación se basan en factores internos y personales, como necesidades, intereses y curiosidad; mientras que otras señalan factores externos y ambientales, como recompensas, presión social, castigo, etcétera. Un enfoque clásico distingue la motivación intrínseca de la extrínseca. La motivación intrínseca es la tendencia natural del ser humano a buscar y vencer desafíos, conforme perseguimos intereses personales y ejercitamos capacidades. Cuando estamos motivados intrínsecamente, no necesitamos incentivos ni castigos, porque la actividad es gratificante en sí misma (Anderman y Anderman, 2009; Deci y Ryan, 2002; Reiss, 2004). Spenser el Satisfecho estudia química fuera del horario escolar tan sólo porque disfruta esa actividad; nadie lo obliga a hacerlo. En cambio, si hacemos algo para obtener una calificación, evitar un castigo, agradar al profesor o por cualquier otra razón que tenga muy poco que ver con la propia tarea, experimentamos motivación extrínseca. En realidad no estamos interesados en la actividad; sólo nos importa aquello que nos redituará. Sumey la Segura trabaja por la calificación; tiene poco interés en la materia.

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